3.4.1 SALUD

A qué se debo, que las Instituciones de salud sean insuficientes en la prestación de sus servicios ¿Por qué el Estado ha reducido el gasto destinado al sector salud?. Gran parte de los recursos utilizados a partir de 1982 para enfrentar los enormes compromisos derivados de la llamada “crisis de la deuda”, provinieron de las fuertes reducciones hechas al gasto social y a las remuneraciones de los trabajadores del Estado. Este sacrificio, impuesto a la población por más de una década, en muchos sentidos sigue aún vigente.

Cuadro 4. Gasto per cápita en salud en México.

AñosPoblación Total (mill. De personas)Pesos por persona
1980664872347
1981681642580
1982695072549
1983708771861
1984726971682
1985736971685
1986751491592
1987766301488
1988781401398
1989796791612
1990812491773
1991828502045
1992844822243
1993861472516

Fuente: Nafinsa y XI Censo de Población y Vivienda.

El gasto social en la región salud, sin duda de vital importancia no sólo para la población trabajadora sino también para los mismos empresarios, es un elemento que mantiene en óptimas condiciones a la fuerza de trabajo, a bajo costo para el Industrial. Así lo entendía el Estado, que por más de 40 años fortaleció las instituciones de salud pública y participó activamente en la reproducción de la fuerza de trabajo al destinar valiosos recursos a este rubro y fomentar el desarrollo de una infraestructura que otorga el servicio de salud a la población laboral, con el fin de asegurar trabajadores sanos que cumplirán eficientemente con su labor.

En el cuadro 4 se observa que en solo seis años, 1982-1988, el apoyo al sector salud disminuye 38% en términos reales, lo cual significa que en 1988 solo se desarrollaron a la salud pública 62 pesos constantes por cada 100 que se ejercieron en 1982. Por consiguiente, esta falta de recursos propició en las Instituciones de seguridad social la escasez de equipo médico adecuado, lo cual a su vez originó un gradual deterioro en la calidad del servicio.

Se advierte en el cuadro 5 que esta reducción es aún más preocupante frente a otros países pues a diferencia de México, naciones con menor grado de industrialización y desarrollo, como Perú, Panamá y Trinidad y Tobago, destinaron más recursos de su producto Interno bruto al sector salud a pesar de haber experimentado una crisis económica más severa que nuestro país. Según el informe anual de la CEPAL de 1990, de entre nueve países, México pasó al último lugar en cuanto a recursos destinados al sector salud.

Cuadro 5. Gastos per cápita en salud (porcentaje del PIB a precios corrientes).

País197519811987
Guyana Barbados Trinidad y Tobago Honduras Panamá Ecuador Perú Paraguay México2.5 4.3 1.3 1.4 1.8 1.5 0.9 1.0 0.44.4 4.9 1.5 2.8 1.5 2.1 0.8 0.4 0.54.4 4.2 3.2 2.2 2.0 1.4 0.9 0.4 0.3

Fuente: CEPAL, Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, 1990.

Hoy las condiciones económicas del país han cambiado. Entre 1988 y 1992 el crecimiento económico promedio anual fue del 3.4%, la inflación descendió a una tasa promedio anual de 12%, el pago de los intereses por concepto de deuda disminuyó una cuarta parte de lo que se destinaba en 1987 y, por último, las finanzas públicas pasaron de una situación deficitaria a una superavitaria. Esto permitió al gobierno llevar a cabo un aumento importante, aunque insuficiente, en el gasto para la salud pública, que para 1993 fue 22% superior al de 1982.

Sin embargo, se debe considerar que en este lapso la población aumentó demográficamente Un 24% y las necesidades de ésta crecieron significativamente. Por consiguiente, el pregonado “récord histórico” del gasto social que se pretende erogar es la insuficiente, pues después de 11 años el gasto federal en salud pública per cápita será inferior al de 1982, ya que mientras en ese año se gastaban 2 549 pesos en salud por habitante, ahora sólo se gastan 2 516 pesos de aquel año.

A esta insuficiencia se suma otro problema: el deterioro de las condiciones de trabajo y de vida de los empleados; por ejemplo, en la Secretaría de Salud, desde los médicos especialistas hasta los trabajadores de intendencia perdieron más de la mitad de su poder de compra durante los últimos 12 años. Los bajos salarios dificultaron el incremento de la eficiencia y calidad del servicio y fomentaron la deserción de médicos, enfermeros, etc., hacia otras instituciones privadas u otros sectores de la economía, en busca de salarios dignos. Los trabajadores de la SSA del DF tienen, en promedio, un poder adquisitivo 53% menor que el de 1981.

Respecto de las condiciones de trabajo, éstas se han agudizado por la falta de personal médico, la carencia de equipo, de material de trabajo, así como la sobrecarga de funciones, generando una disminución en la calidad del servicio. Un ejemplo: en los casos de médicos y odontólogos, en 1984 atendían de cinco a nueve pacientes por día y para 1990 incrementaron su consulta diaria de 25 a 29 pacientes. Esto sucede en el momento en que la población requiere de mayor atención y calidad en este servicio, que pudiera compensar la ausencia de otra opción, dada la escasez de recursos propios y la pérdida del poder adquisitivo.

La carencia de servicios en esta rama y los requerimientos de una población creciente, aunado a los enormes rezagos y problemas que se vienen arrastrando décadas atrás, agudizados durante el periodo de la crisis que es- talló en 1982, propiciaron en el 42.5% de la población mexicana (aproximadamente 35 millones) problemas de desnutrición. De esto concluimos: un mejoramiento de la calidad de los servicios de salud pública no se dará sin salarios dignos y condiciones de trabajo adecuadas.

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1. Visita un hospital e investiga el tipo de servicio que se da a los derechohabientes, compara tu investigación con la de otros compañeros.

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