1.3.6 LA TEORÍA MONETARISTA

Muchos son los autores que, a lo largo de la historia, plantearon la importancia de la moneda: los griegos de la época esclavista, Tomas de Aquino y Nicolás de Oreme en el Feudalismo y, por supuesto, los pensadores clásicos del siglo XVIII y John Stuart Mill que a mediados del siglo XIX ya decía: el dinero es “una medida común para los valores de distintas clases”37 sobre la importancia de los metales preciosos, o que “el dinero, cuando su uso es habitual, es el medio por el que se distribuye a los diferentes miembros de la comunidad sus ingresos y la medida por medio de la cual se estiman todas sus posesiones”38, o bien que “la oferta de dinero es todo lo que existe en circulación en ese momento”39. Estas y muchas aportaciones más sobre el dinero podemos encontrar en Mill, pero lo que resulta ahora de mayor interés, es saber que a mediados del siglo XIX las teorías monetarias, según los informa Émile James , son:

a) Teoría cuantitativa

b) Teoría de la repartición automática del oro entre las naciones40

Con ellas impulso la idea de que el dinero significa equilibrio.

37 Stuart, M. J.: Principios de Economía Política, p. 424 38 Idem. p. 427 39 Idem. p. 430 40 James, E.: Historia del pensamiento económico en el siglo XX, p. 177

A principios del siglo XX encontramos la tradición clásica y la corriente nominalista.41 La primera, cuantitativa y metalista, señala que la moneda, al estar representada por metales preciosos, son mercancías como las demás y su valor dependería de las cantidades en circulación; además, necesitaba una política monetaria que favoreciera el uso del oro.

En cambio, la corriente nominalista consideraba que no era la cantidad de metales preciosos contenidos en al moneda lo que determinaba su valor, sino por el contrario, era su poder adquisitivo el que definía ese valor; para los nominalistas, la moneda es diferente a las demás mercancías y el valor de los metales preciosos se modifica al ser utilizados como moneda.

Como representante de la tradición clásica está Irving Fisher, y de la nominalista, Marcel Mongin.

Hacia la Primera Guerra Mundial la moneda se definía como toda riqueza que generaba un poder de compra inmediato y poseía un carácter liberatorio, por ejemplo, oro, monedas fraccionarias, billetes de banco, etcétera. En los años veinte imperaba la corriente nominalista; sin embargo, las crisis del siglo XX generaron nuevas versiones; serán las aportaciones de Keynes las que influirían notablemente. Al finalizar el siglo XX Milton Friedman y el monetarismo son prácticamente sinónimos.

El monetarismo alberga diferentes posturas, aunque puede reducirse al siguiente planteamiento: el dinero es extraordinariamente importante en Macroeconomía, y lo es más que otros aspectos como la política fiscal y, con algunas variantes, el dinero es prácticamente lo único que importa. En su libro Una historia monetaria de Estados Unidos, 1867-1960 Friedman relaciona el comportamiento del dinero. En términos generales atribuye los cambios en el nivel de precios y en la actividad económica, incluyendo la Gran Depresión, a los movimientos en el stock de dinero.

El monetarismo insiste en que los cambios en las tasas de crecimiento del dinero –aceleraciones y desaceleraciones-explican cambios en la actividad real. La inestabilidad en el crecimiento monetario se refleja en la variabilidad de la actividad económica. La inestabilidad en el crecimiento monetario se refleja en la variabilidad de la actividad económica. La visión de Friedman sobre la importancia fundamental del dinero se basa en sus cuidadosos estudios históricos, en los cuales fue capaz de relacionar los auges y las recesiones de la historia económica de Estados Unidos, con el comportamiento del stock de dinero.

La idea de la importancia fundamental del dinero está basada en sus análisis sobre las formas de financiar el déficir público presupuestal; un déficit financiado con dinero tendría un efecto permanente en el nivel de precio, mientras que un déficit financiado mediante la deuda mostraría un efecto menor, sobre el nivel de precios. Esto es así en tanto el déficit público se paga con dinero recién creado, eso determina un impacto directo sobre los precios, estos aumentan; no sucede lo mismo cuando el déficit se cubre con deuda pública interna, en este caso el impacto se traduciría en disminución de precios.

41 idem., pp. 178-179

La regla monetaria

Frente al uso de una política monetaria activa, Friedman sugiere que la política monetaria puede realmente desestabilizar la economía, debido a que el comportamiento del stock de dinero es de una importancia crítica para el comportamiento del PNB nominal y real, y a que el dinero actúa con retrasos largos y variables. En consecuencia, argumenta que la oferta de dinero debe mantenerse a una tasa de crecimiento constante, para minimizar los riesgos de desestabilizar la economía.

Importancia de la política fiscal

Según Friedman, en la economía es de vital importancia establecer establecer el tamaño y la función del gobierno y se opone a la existencia de un gran sector público, pues el gasto público aumenta hasta igualar los ingresos disponibles, por lo que el gobierno gastará toda la recaudación y algo más, por ello se declaró partidario de reducir los impuestos, como un medio de disminuir el gasto público. También argumentó que la política fiscal no tiene fuertes efectos en la economía, excepto en la medida que afecta el comportamiento del dinero.

Desde el punto de vista de la condición de la política económica, las principales características monetarias son:

  1. El énfasis en la tasa de crecimiento de dinero.
  2. Los argumentos en contra de ajustar permanentemente la economía y a favor de la regla monetaria.
  3. El mayor peso que los monetaristas otorgan –comparados con los nuevos economistas– a los costos de la inflación, en relación con los del desempleo.

Nuevos economistas

“Nueva economía” fue el término empleado en Estados Unidos para describir el enfoque analítico y filosófico de los responsables de la política económica durante la administración de Kennedy y Johnson en los años sesenta. El pensamiento filosófico se caracterizó, en estas economías, por una mezcla de activismo y optimismo.

La nueva economía puso énfasis en el pleno empleo tras los altos niveles de desempleo alcanzados a finales de los años cincuenta, el primer objetivo de la política económica fue alcanzar el pleno empleo de los recursos productivos, y para lograrlo se introdujo diversos conceptos, como el “excedente presupuestal de pleno empleo”.

Walter Heller, profesor de la Universidad de Minnesota y presidente del Consejo de Asesores económicos (CEA) durante los gobiernos de Kennedy y Johnson, fue uno de los principales elaboradores de esta política económica.

El CEA se formó por economistas profesionales, cuya función era aconsejar al presidente respecto a la política económica a seguir. Tuvo una mayor influencia en las administraciones de Kennedy y Johnson, quienes nombraron como miembros y directivos del mismo a distinguidos economistas, entre quienes se encontraban J. Tobin, de Yale; G. Ackley, de la Universidad de Michigan; R. Solow, del Instituto Tecnológico de Massachusetts; O. Eckstein y K. Arrow, de Harvard, y A. Okun, del Instituto Brookings en Yale.

“No es cierto que los macroeconomistas puedan estar claramente divididos en los dos grupos, algunos inscritos en el monetarismo y otros menos fundamentalistas, llamados neokeysianos. La mayoría de los argumentos adelantados por Friedman y sus asociados son de carácter técnico, susceptible de análisis económico y de aplicación de evidencias empíricas. Muchas de estas posiciones son ahora ampliamente aceptadas y no son asociadas particularmente con el monetarismo”.42

Para los monetaristas, la economía dejada a sus propias fuerzas es más estable que cuando el gobierno la dirige a través de una política discrecional; la principal causa de las fluctuaciones económicas son las acciones gubernamentales inadecuadas. Esta visión no es generalmente compartida y puede ser la prueba que distinga a los monetaristas de otros macroeconomistas.

Friedman y sus seguidores cambiaron realmente la Macroeconomía. La manera poderosa y persuasiva en que destacaron la función del dinero ha cambiado la visión de la mayoría de los economistas sobre la importancia de la política monetaria.

Si se miran las cosas con la lente Keynesiana se observan ciertas características de incertidumbre e inflexibilidad de las tasas nominales de salarios, costos de mantenimiento y transacción, elasticidad de producción y sustitución de dinero igual a cero, que actúan entre sí para formar una función de la economía monetaria completamente distinta de la que describe el análisis walrasiano del equilibrio general, que en último término constituye la base del Aparato teórico de Friedman. En el mundo Keynesiano los contratos y la flexibilidad de la tasa nominal del salario esenciales para la viabilidad y estabilidad del sistema económico.

“Como observará Keynes, el principal resultado de una política de salarios nominales flexibles sería una gran inestabilidad de los precios, tal vez tan violenta que volvería fútiles de los cálculos comerciales en una sociedad económica que funcione en la forma en que vivimos. Suponer que una política de salarios flexibles sería un atributo adecuado y correcto de un sistema que globalmente sigue el principio de laissez-faire, es lo contrario de la verdad. Por tanto, es evidente que las conclusiones de Keynes difieren considerablemente de las que Friedman deriva de su esquema y que son algunas las diferencias conceptuales generadoras de estos resultados divergentes”.43

Debe observarse que esta diferencia entre Keynes y Friedman se basa en sus hipótesis sobre la existencia o inexistencia de mercados bien organizados, de entrega inmediata de la mayor parte de los bienes duraderos reproducibles, y no, como afirma Friedman, en la divergencia de los supuestos sobre la flexibilidad o inflexibilidad de los precios de los activos (para entrega inmediata).

Desde el punto de vista keynesiano, los factores fundamentales que omite Friedman son los siguientes:

42 Dornusch, F.: Macroeconomía. McGraw-Hill, México, p. 544. 43 Friedman, M. karl B. H., Meltzer et al.: El marco monetario de Milton Friedman, un debate con sus críticos.

La esencial incertidumbre, es decir, que las decisiones representativas de compromisos contractuales de la acción y pagos futuros son tomadas por individuos a cuyo juicio no todas las previsiones se pueden realizar.

Inflexibilidad de las tasas nominales de salarios

Las propiedades vitales para satisfacer los requisitos funcionales del dinero son:

  1. Elasticidad cero (o despreciable) de producción, de tal manera que si los individuos, en su incertidumbre sobre el futuro quieren diferir otros compromisos de recursos, el aumento de su demanda de dinero como forma de posponer la acción no anime a los empresarios a emplear recursos adicionales para producir nuevas cantidades de dinero como mercancía.
  2. Elasticidad cero (o despreciable) de sustitución entre el dinero y cualquier otro activo que tenga una elasticidad elevada de producción, de tal suerte que si los individuos quieren conservar más alternativas de sus actos futuros, el alza del precio del dinero provocada por un incremento de la demanda de dinero como reserva de valor, no haga que la gente lo sustituya por otros activos que tengan una elasticidad, se sigue que la demanda de una reserva de valor bajo la forma de dinero no genera, en un mundo incierto, una demanda de obligar recursos, y, de esta suerte, queda destrozada la virtuosa interacción entre la oferta y la demanda de recursos que expresa sucintamente la ley de Say.
  3. El costo de transferir dinero de su función de medio de cambio a la reserva de valor, o viceversa, debe ser igual a cero (o despreciable), de manera que los individuos no les parezca costoso diferir sus decisiones o cambiar de parecer”.44

Si la gran depresión de los años treinta observó lo obsoleto de la economía clásica, dando lugar a la revolución keynesiana, en los sesenta y ochenta hubo un retorno a la ortodoxia clásica y surgió la escuela monetarista; el monetarismo friedmaniano y la economía de la oferta, donde se reduce notablemente la participación del Estado en la vida económica, a la vez que renacen las posturas del liberalismo económico.

En los años ochenta, los monetaristas pusieron en marcha sus ideas, sobre todo durante la presidencia de Reagan en Estados Unidos y con el tatcherismo en Inglaterra, con lo que ha reprimido deliberadamente la economía internacional, generando mayor concentración de las riquezas.

44 Friedman, M., et al.: El marco monetario. Premiá Editora. pp. 117-118

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  1. Señala qué efectos tendrá en la economía mexicana el cambio de unidad monetaria, en vigor desde el primero de enero de 1993.
  2. ¿Será costosa para el país la sustitución de la unidad monetaria, por el dólar?
  3. De acuerdo con las proposiciones que hace Milton Friedman reflexiona sobre la función y el tamaño del gobierno. ¿Crees que en México se están adoptando estas medidas?

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